jueves, junio 07, 2007

La Carta - Parte V

Al fin llegué a aquel lugar, ya no me acordaba de lo hermoso que era. El sonido de los pájaros, aun en un día así, se podía escuchar, y llenaba de alegría hasta el día mas triste. Las flores coloreaban la hierba con tímidas pinceladas de color y un río que le había robado su color azul al cielo serpenteaba a un lado del camino. En aquel lugar no había nadie que me pudiera ayudar, pues era un lugar que conocía poca gente, así que me senté en una piedra al borde de un precipicio rocoso donde solía pasar con ella algunas tardes de verano a pensar que no tenia sentido lo que había hecho, pues allí no había nadie.

Me costaba mucho respirar, y me aparté la chaqueta con el brazo que curiosamente no parecía dolerme, cuando me di cuenta de que tenía algo clavado en el pecho. Parecía un trozo de chapa que seguramente se había desprendido del chasis. Fue en ese momento en el que supe, que mi viaje a aquel lugar no teoría retorno. Lo apreté fuertemente por el extremo que sobresalía y tiré de él hacia atrás, sintiendo como se enganchaba con las costillas y gritando de dolor hasta casi perder el sentido. Una vez fuera, sentí que podía respirar mejor, pero me di cuenta de que perdía mucha sangre por esa herida...

III

Supe desde el primer momento que esa herida era mortal, pues no hace falta ser médico para saber que te estás muriendo, eso es algo que cuando te pasa, lo sabes y punto, y yo lo sabía. Me sentía mas débil por momentos..., si por lo menos pudiera despedirme de... ¿de quien? La verdad es que no tenía a nadie. Desde que ella se fue de mi lado me encerré en mi mismo y deje fuera al mundo, ¿Y esto es mi merecido? ¿Morir solo? Un terrible miedo me atrapaba por momentos, allí sentado sentía las manos y los pies muy fríos, temblaba incontroladamente, y la herida no paraba de sangrar.

- No quiero morir, me da miedo no saber que me espera... – susurré -.

Poco a poco fui dejando que las fuerzas me llevaran, y fui cerrando los párpados mientras escuchaba voces en mi cabeza. No decían nada, o por lo menos no entendía nada de lo que decían.

De pronto algo me sacó un segundo de mi agonía, una mano helada como el hielo me tocó por detrás, acariciándome cariñosamente el pelo y escuche una voz que decía con alivio:
... Dentro de poco, la última entrega :).

3 comentarios:

Vero dijo...

¬¬

qué gracioso eres ¬¬

siempre nos dejas en lo mejooooor!! :P

no tardes mucho en poner la última parte, eh? ainsss

iakamine dijo...

Gracias por el comentario en mi blog ;).

Me encanta viajar, y viajo todo lo que puedo, y todo lo que me queda por viajar!.

Felicidades por tu blog, también es muy bueno ;)

Hasta pronto

Anónimo dijo...

Me he leído todas las partes de un tirón! Espero q publiques pronto el final, q soy muy impaciente!!!! Adoro la técnica tan hitchckokiana del suspense, pero no me hagas sufrir demasiado ;).

Un besito! Y escribes muy bien!!!