miércoles, septiembre 26, 2007

Un poquito de todo, un todito de poco.

Ultimamente no dispongo de tiempo suficiente ni para escribir ni para leer. Es curioso que cuanto mas quieres dedicarte a algo menos posibilidades tienes para hacerlo. Hoy, después de comer y con la inspiración en la salida del intestino (es decir, en el culo) os contare como va mi vida hasta ahora aunque no os interese.

Me he apuntado a Japones en la escuela de idiomas :). Si si, ya se que me llamareis friki, pero no me importa porque lo soy y además mi clase esta llena de frikis también. Vamos que yo creo que si entras en clase con un sable láser colgado de la cintura, vestido de hevilon y un manual de dungeon and dragons en la mano ni te miran, aunque de camino a la clase si que es posible que te miraran un poco... un poco mucho. La verdad es que después de tantos años que no pisaba un aula pensé que seria todo un poco mas extraño y la verdad es que me sentí bastante cómodo tanto con la gente como con el sitio. Solo conocí a tres chavales (muy buena gente) pero el resto de las personas parecían gente sociable y enrollada, aunque supongo que eso lo iré descubriendo a lo largo del curso... al que pienso ir.

También me he matriculado en psicología. Hacer una carrera era una cuenta pendiente con la vida. Recuerdo aquel día en que la vida me miró y me dijo seriamente, "Toni, ve al burguen king a comer y haz una carrera..." y yo pregunté... "¿y la carrera para que, para bajar las calorías?" (si, ya se que el chiste es malo, pero ahora mismo tengo toda la sangre intentando convertir en caca todo lo que me he comido). La cosa es que no me contestó y por si las dudas pues hice las dos cosas... bueno no, miento. Solo me apunte a la uni, pero la carrera después del burguer no la di. ¿No querréis que gaste calorías que he pagado no?

Saludos blogueros.

viernes, septiembre 07, 2007

Y van 26...

Y mañana día 8 a cumplir años otra vez… como si no tuviera ya suficientes… para que mas? si yo con los que tengo me las arreglo perfectamente. Es una lastima que sean intransferibles porque sino iba a poner contento a mas de un quinceañero de esos que se lamentan porque no lo dejan entrar a las discotecas para que le llenen la cabeza con el ritmo tucupaca de los cojones… ya que normalmente la tienen vacía de otras cosas (aunque dios me libre de generalizar)

Yo también recuerdo esos días en los que salía al centro y buscábamos bares para entrar sin que antes te miraran de arriba abajo y se rieran literalmente de ti. De todas formas, esos eran otros tiempos, unos tiempos en los que con 15 años no tenias problema alguno para volver a tu casa medio ciego, o en algunos casos, ciego entero. De hecho más de una vez tuve que traer a algún amigo a cuestas bajo la inquisitiva mirada de las marujas del barrio. Pero bueno, que mas me dan a mí esas cotorras… peor hablarían de mi si lo hubiera dejado allí ¿no?

Volviendo al tema… recuerdo que cada vez que un portero nos pedía el carnet o nos decían directamente que les prohibían la entrada a gente con pañales por peligro de incendio, yo pensaba… “cuando tenga 18 años… me vas a comer la rabadilla y me vas a tener que dejar pasar…” y paciente, iba dejando pasar los días y entrando en los mismos bares manidos y explotados donde podías conseguir fácilmente beber algo y pasarlo bien.

¿Entonces para que mas? preguntareis vosotros… pues no lo se. Supongo que el hecho de no poder entrar en esos lugares prohibidos hacía que tuviera mas ganas de verlos por dentro.

Y llegaron los 18, o al menos así lo decía mi flamante DNI al que no le faltaba ya mucho para caducar… Enseñar esa foto era cuanto menos un gravísimo trauma. Vamos, que si no fuera porque entraba todo el mundo al bar y no me podía quedar fuera, casi habría preferido no entrar para no tener que enseñárselo al portero. Nunca me dijo nada ninguno, pero seguro que se partían el culo por dentro. Aunque pensándolo bien ellos deben estar acostumbrados a ver esas fotos, como los ginecólogos cuando ven una tía buena… Vamos, estoy seguro de que para un ginecólogo, tocar a una tía buena es igual que tocar las narices a su abuela… ¿Verdad? ¡¡¡¿¿¿Verdad???!!!

Pero amigos míos… hecha le ley, hecha la trampa. Cuando tenía 18 años me decían en algunos sitios que era mínimo 21. Y cuando tienes 21 te dicen que solo pueden entrar los socios… Y ahí ya es cuando no tienes nada que hacer. Bastante he hecho ya con cumplir años irreversibles como para tener que hacerme socio de un bar al que suelo entrar porque sino tengo que sufrir el linchamiento psicológico de las chichas del grupo, ya que a los tíos les importa una mierda donde vayamos, porque total, para sostener el cubata en una mano y mover el pie y la cabeza al ritmo de la música… pues que mas da donde se vaya.

En fin… la tierra ha dado 26 vueltas desde que yo naci, aunque la última la completará mañana, porque la tierra ha nacido como yo, es decir, que todo lo deja para el día siguiente.

Saludos y gracias por tragaros esta parrafada.